dimecres, de gener 14, 2009

LLuvia sobre La Canonja

Soy un manta.
No es más que la constatación de una verdad conocida. Pero el hecho es que mi apego al trabajo se puede considerar leve. En el caso, claro está, de que seamos amigos de usar eufemismos. No hace una semana que escribí la última entrada, el día antes del partido con el que retomábamos la competición... y un día más tarde ya no tuve ánimos de pergeñar la correspondiente crónica. Soy un manta. Me enfrento pues a mi compromiso (maldita sea!, cuando, como y con quien adquirí yo ese compromiso?) de contaros como fue la jornada, antes de que disfruteis la siguiente. Porque, atención, la siguiente ronda se juega en casa y la podreis presenciar en vivo, en directo y con todas las comodidades habituales de un sala conservera de merluza: alta humedad y bajas temperaturas. Este viernes, a las 21:30 h, iniciamos la vuelta de la fase regular de la liga jugando en casa con La Selva. Esperamos que el habitual apoyo del público convierta la ocasión en una fiesta. Las condiciones del local, el estado de la mesa y la presumible presión del público hacen presagiar una encerrona para nuestros visitantes. Puede que no ganemos, pero montaremos un buen festival.

En cuanto al encuentro con el Nastic, seré breve: No pudo ser.
Salimos los cuatro en dirección a la Canonja con la mejor de las predisposiciones, pese a la baja de nuestra recien afeitada majestad blanca. LLegamos sin problemas, pese a la lluvia persistente y las obras, hasta el IES Collblanc. En la relación de locales de juego había, junto a la dirección, una indicación muy precisa: "porteta de ferro del darrera"... Como se interpreta eso en un inmenso centro de enseñanza que ocupa toda una manzana y está completamente rodeado de una alta valla metálica? "del darrera" mirando desde donde?. Afortunadamente nos encontramos con un jugador de la Selva que nos indico que era justo al otro lado de donde estábamos nosotros. Eso nos sirvió para empezar a imaginarnos lo que luego se confirmó: en el mismo local, a la misma hora, se dirimía el liderazgo de la primera categoría provincial (entre el Nastic y La Selva). Eso no tendría mayor trascendencia, dado las dimensiones del local, si no fuera por las especiales características de algunos jugadores... pero eso es material para otra crónica. De momento conformaos con el siguiente mensaje tranquilizador: A la pregunta que tiempo ha se hizo en el web de nuestro club (todos los tipos 'especiales' juegan a ajedrez?), la respuesta es NO.
A las 21:30 empezó la competición propiamente dicha. Ambos equipos nos presentabamos con bajas muy considerables en cuanto a nivel de juego. Aunque ellos lo hacían envejeciendo su equipo y nosotros rejuveneciendolo. Realizado el sorteo nos tocó ser el equipo XY, lo que empieza a convertirse en una costumbre. Esta ocasión formamos como sigue:

X: Carles Salvat
Y: Josep Bigorra
Dobles: Salvat//Ramírez

Como de costumbre aspiramos al máximo: acabar el encuentro sin lesionarnos.
La primera partida se inicia con uno de los ya habituales arranques fulgurantes de Carles. En breve se coloca con clara ventaja, 3-6 creo recordar, y en ese momento vuelven todos los fantasmas. Los hemos visto pelotear y su segunda pala tiene un nivel bastante inferior. Si Carles gana así de fácil al primero, ganará seguro al segundo, el dobles no ha de ser difícil y Pep está al nivel del segundo. Un 2-3 o incluso un 1-4 son factibles. Desde el banquillo (literalmente) empezamos a emocionarnos. No se si por la mente de Carles pasaron estos mismos cálculos. Tampoco puedo asegurar cuantos músculos se le agarrotaron. Pero un grupo seguro, los del brazo. Yo diría que quizá alguno más. El caso es que perdiendo algunas jugadas que deberían haber sido suyas, se plantó con solvencia en el 11-7 final. Como ha podido volver a ocurrir? No lo sé, pero no importa. En el próximo juego lo vamos a arreglar porque tu eres superior y vas a demostrarlo. Y así fue. Lo demostró hasta los últimos tantos. Allí volvio a repetirse la escena. 11-9. Va, no pasa nada. Está claro que puedes ganarlo. 11-9. Y sigue estando claro. El resultado final (3-0) no refleja en modo alguno lo cerca que se estuvo de haber obtenido justo el opuesto (0-3). Probablemente uno o dos puntos ganados hubiesen proporcionado la dosis de serenidad para ganar todos los demas. Pero eso ya no lo sabremos. De momento, nos conformamos con esperar el partido de vuelta, convencidos de nuestras posibilidades. La experiencia en competición y el 'factor campo' han de ser más que suficientes para arreglar estos pequeños detalles que tanto afean el resultado.
En el siguiente encuentro Pep se enfrenta con su segundo. En esta ocasión la sensación es, si cabe, aun mas acusada. Nuestro jugador es superior, pero juega atenazado por los nervios (no diré presión, porque no nos jugamos nada, ni el prestigio, pero si nervios). Unos nervios atroces, que podemos justificar por tratarse de su primer enfrentamiento individual en esta competición, le privan de puntos que habia trabajado con cierta brillantez. 11-5.11-3.11-7. Si temblamos tanto que hasta los saques fallamos, los rivales no nos van a perdonar.
Ya nos hemos plantado con un 2-0 que casi, casi, sentencia el match. Pero que narices, nosotros vamos a seguir intentandolo. Vamos a jugar a dobles, y formamos una pareja que cuenta sus intervenciones por victorias (1 de 1, ya os he contado que ganamos al RD?). Y, tal como cabía esperar, nuestra pareja se muestra claramente superior. Pese a la potra, leche, chiripa, chamba, de su jugador B (hasta 6 veces resto un saque justo en el canto derecho, y tres mas contra el filo de la red, lo siento, ha sido sin querer, yo le di con el dedo...) nos plantamos comodamente con cuatro puntos de ventaja. Lo que nos permitio replicar nuestras mejores actuaciones: 11-13. Será posible? Pues no hemos sufrido al final? Bueno, da igual, el caso es que lo hemos ganado. Hemos demostrado que podemos jugar presionados. Y hemos ganado, les hemos hecho un juego y ahora ellos van presionados. Iniciamos el segundo y, en que cunnus estariamos pensando, nos dejamos colar las cuatro primeras bolas. O fueron las 6 primeras. No importa. Paramos un momento, reflexionamos, nos volvimos a concentrar y, jugando como sabemos, hicimos la gran remontada. 10-10. Con nuestro saque y remontando, lo tenemos todo a favor para acabar llevandonoslo. 12-10. Pero como puede ser?! Aquí sí, aquí demostramos toda la competición que llevamos a cuestas. Es decir, cinco encuentros. Perdimos los papeles. No hay más que contar. 11-6. 11-5. Claramente jugamos por debajo de nuestro nivel. O, para ser más precisos, nuestro nivel se hundió a una velocidad sorprendente. El dobles 3-1. El match 3-0. Decidido, hemos vuelto a palmar.
Ahora solo queda aprovechar los dos individuales restantes para divertirnos un rato.
Pep, bastante más suelto y tranquilo, se enfrenta con su jugador A. Se despacha bien a gusto picando con fuerza y prodigando su reves en paralelo. Eso quizas no es suficiente para rivales superiores, pero cuando menos provoca jugadas que seguro que disfrutó. 11-3.11-5.11-2. Rápido e indoloro.
La última partida no se esperaba que fuera demasiado reñida. La diferencia era aun mayor que en la anterior, pero esta vez a favor del jugador de nuetro club. Carles lo demuestra ganando 6-11 sin demasiado esfuerzo. Entonces viene aquel momento, aquel segundo juego fatídico en el que algo le pasa por la cabeza, y nos encontramos con un sorprendente 11-8 que iguala la situación. Afortunadamente Carles no pierde las riendas y vuelve a colocar la cosa en su lugar. 4-11. En este juego hemos podido verlo en su mejor momento, tranquilo, moviendolo, picando, aplicando ese reves asesino tan espectacular. A posteriori creí entender que, por alguna extraña equivocación, Carles creía que el siguiente juego lo disputaba por debajo (2-1) cuando en relidad era al contrario (1-2). Sea por lo que fuere, lo vimos a la defensiva contra un rival que no le estaba atacando. Bonito no fue, pero fue emocionante. 11-13. Uno de los juegos más emocionantes, a la par que incomprensibles, que hemos disputado en esta liga. 1-3 punto al saco.
Resultado final 3-1. El Nastic nos ha ganado cómodamente según el frio resultado. Pero, visto desde dentro, y sé que a estas alturas empieza a sonar a repetida y triste pataleta de perdedor, yo creo que estuvimos cerca de conseguirlo. Solo nos faltaron 2 puntos en 3 juegos decisivos. Claro, evidentemente esos son los puntos que diferencian a un perdedor de un ganador. Y si te pasa muchas veces, ya sabes lo que quiere decir. Pero a mi no deja de animarme pensar que estamos a un paso. Somos el equipo más novato, menos entrenado y más 'maduro' de la competición. Pero estamos allí, a un paso.
El viernes empieza la vuelta de la fase regular de la liga. Tendremos que demostrar que somos capaces de dar un paso más. Solo uno.

Os espero a todos para acoj... para animarnos el viernes en la sala de la columna. Traeros ropa de abrigo.

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